Por: María del Pilar García – Directora Mochila Cantora
Una crisis es un momento perfecto para el cambio que debemos saber capitalizar.
En el año 2002 durante una decisión laboral muy seria en la vida de una pareja de recién casados, pensamos que una manera de mitigar el stress era haciendo lo que más nos gustaba: música con niños, entonces decidimos invitar a 22 chiquitos a “pasarla bueno cantando”.
¡Vivíamos en un apartaestudio! Aquí es donde aparece la magia… La familia Cristancho, dueña del Hotel Ruitoque, nos permitió reunirnos allí. El sábado 13 de abril de 2002 fue nuestro primer encuentro. En mayo, cantamos en el Festivalito Ruitoqueño, en junio hicimos nuestro primer concierto en el auditorio de la Biblioteca Gabriel Turbay, en octubre participamos en el Encuentro de la Canción Infantil en Cali y en diciembre corrimos por los parques cuatro duendes y 60 niños con gorros y bufandas.
A partir de ahí, todo fue como el “efecto bola de nieve”, buscar una casa, tener 140 niños de todas las edades, pensar en un programa de formación que respondiera a las necesidades reales de los niños, invitar a otros maestros a tejer este sueño.
Empezamos a participar en concursos de Bandas, ganamos en Neira, Caldas, en Paipa, Boyacá, en Tocancipá, Cundinamarca. En 2014 fuimos galardonados por el Mincultura como la Mejor Escuela de Música de carácter privado del país.
Dieciocho años después, han pasado por nuestra casa más de mil mochilos. Algunos son músicos, muchos profesionales en otras áreas, abriendo su camino. Pero lo más importante es saber que en cada corazón, han quedado sembrados el amor, la pasión, la disciplina y la tenacidad que los acompaña y motiva a tejer sueños y a soñar mundos posibles para ser felices. Esa es nuestra verdadera y definitiva recompensa y razón de ser.
