«Los ecos del silencio»: el trazo reflexivo de Damián Alquichire

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte

Después de “Furor Hermético”, Damián Alquichire vuelve a sorprender a la escena artística bumanguesa. Si esta muestra de 2023 fue un retorno, una especie de regreso a los años del furor hermético, “Los ecos del silencio” es una exposición que representa la calma del impulso o, más bien, su sosiego, el apaciguamiento y la expulsión de un arte que, aunque nace del instinto, es explorada desde el concepto del silencio. El silencio representa omisión, pero detrás de todo silencio hay un eco, un ruido, una voz que no se contenta. Y es que el arte, de cierta forma, vive inmersa entre los ecos del silencio, entre la resonancia de una larga batalla por ser escuchada. 

Sin embargo, su esencia se sigue percibiendo; mantiene una voz, un estilo. Ver las obras de Damián hace pensar en el caos. Trazos erráticos. Carboncillo que recorre errabundo el papel, que transmite fuerza, que infringe sin permiso. Pero, no obstante, el papel lo acoge y se acoplan, se hacen uno y la obra nace para derrumbar el silencio: habla, cuenta, dice, se hace eco en medio del vacío. 

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte

Me imagino a Damián en el verano polaco, en el Museo Nacional de Varsovia, viendo por primera vez (presencialmente) la obra “La batalla de Grunwald” de Jan Matejko. Llega la iluminación, el retumbar en medio de la sala vacía. La idea que atraviesa el silencio y que pone a producir el instinto del artista. Y de inmediato, cuando veo la pieza “A todas las almas que las atrapa el silencio” me remonto a ese imaginario de un Damián al que le bombean las sensaciones después de apreciar la piza histórica de Matejko. La composición me recuerda a la representación del polaco sobre ese enfrentamiento militar de la Europa medieval. Personas superpuestas en una lucha: en una lituanos y polacos versus teutónicos, en otra aquellos prisioneros de una sociedad que encierra, que retrae. Aquí se concentra, tal vez, el secreto a viva voz de “Los ecos del silencio”: la necesidad de ser escuchados, de sentirnos en medio de lo impuesto; porque detrás de todo silencio, hay un grito.

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte

John Milton en el poema “El Paraíso perdido” reinterpretó el mito de la caída de lo ángeles. ¿Será que Lucifer solo quería derrumbar la imposición? ¿Es el pecado, en realidad, la manifestación de la libertad? “Aquí al menos, tendremos libertad; / Pues el Altísimo, que por envidia / No ha creado aquí, no nos arrojará; / Podemos, luego, aquí reinar seguros; / Y en mi opinión reinar vale la pena, / Aunque sea en el Infierno: mejor es / Reinar aquí que servir en el Cielo”. Lucifer significa “estrella de la mañana” y así mismo se titula una de las obras de Damián. El ángel que se transforma en demonio con su expulsión del Cielo; el que se rebela contra el silencio.

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte
«La Calma del León» y «La Reflexión del Ciervo»

El simbolismo atraviesa a “Los ecos del silencio”. De una u otra forma las piezas que conforman la exposición reflejan no solo el silencio, sino el resonar que siempre queda detrás, oculto pero latente. El silencio y su conexión con la naturaleza: con la fauna y la flora, con las ondas del agua. Transmiten serenidad. La tranquilidad del león y del tigre. Destacan los ciervos: el que se refleja y reflexiona (a veces necesitamos vernos introspectivamente para sentir y entender); los que escuchan (estar atentos al entorno en medio del silencio, pues… ¿qué hay detrás de ello?); mis favoritos, los que están en medio de la luz que atraviesa la frondosidad de los árboles, esa misma que trasluce un despertar. Y, por su puesto, “Bajo el frío mármol gris” que contrasta por su locación; ese ciervo que bebe de la naturaleza aplastada por la mano humana, por la construcción: el silencio de la naturaleza ante la abrasadora supuesta “civilización”.

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte
«Ojos de Piedra» y «El rostro en el Laberinto de las Sombras»

Otras piezas exploran los rostros. Al contrario de la fauna y la flora, destaca la vehemencia de la mirada, de los ojos, de los párpados. La reflexividad de las piezas ya no es tan calma ni tan serena ni tan alegre. Son fuertes, remiten a cierta melancolía y dolor ya trabajado en “Furor Hermético”. Hay un silencio que esconde a las palabras que callan sus labios. Voces que resisten el tiempo.

Los invitamos a que vayan a “Los ecos del silencio”, a que observen las 16 obras y las sientan, las interpreten, busquen qué hay más allá del silencio y perciban con todos sus sentidos los ecos que emiten.

El trazo de Damián Alquichire: un eco tras el silencio - Revista Enredarte

Tienen hasta el 26 de abril para pasarse por la Casona UNAB (calle 42 # 34-14) en horario de 7:00 a.m. a 12:00 p.m. y 2:00 p.m. a 7:00 p.m. entre semana y sábados de 7:00 a.m. a 12:00 p.m. «Los ecos del silencio» es una exposición producida por Vortex Voltak con apoyo de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (UNAB).

Si los atrapan los ecos del silencio, podrán comprar las obras expuestas contactando a Damián Alquichire, pues todas están en venta; más información a través del correo electrónico damian.alquichire@gmail.com.

Conozcan más de su trabajo a través de sus redes sociales @damian.alquichire y de las páginas web damianalquichire.com y vortexvoltak.com

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