Después de largas jornadas tras la pantalla, escribiendo, escribiendo y escribiendo, divagué. Llevo un tiempo inmersa en el periodismo cultural. Lo pienso todos los días, todo el tiempo, a toda hora. ¿De dónde viene lo que parecen dos simples palabras? Periodismo. Cultural. Periodismo cultural. Y me di cuenta, por demás, que Revista Enredarte no es más que uno de esos proyectos culturales ―con sus ya veintiún ediciones― que nacen del pasado, de uno que siempre ha querido mostrar los cambios sociales y culturales.
No solo tiene antepasados ―viejas y sabias pero muertas revistas culturales y literarias―, sino que recoge en su seno una dinámica actual ―vigente― que la permea y nutre. Porque sí, el periodismo cultural hace parte del diálogo constante de lo local, regional, nacional e internacional. También nosotros reaccionamos al mundo, a las realidades circundantes. Pero tal vez todo es posible porque otros, mucho antes, lo han hecho, a pesar de que la mayoría ha caído no solo en el olvido colectivo, sino en el cierre definitivo por falta de recursos y atención a la cultura. Otros siguen en pie, en lucha. Nosotros estamos ahí, desde el 2017, impulsando el arte y la cultura santandereana.
La dinámica política ―politiquera― de Colombia, ha generado que distintos medios de comunicación ejerzan el periodismo cultural desde una visión politizada; muchos otros han sabido, en su clara independencia, no obstante, que la cultura no es ajena al entorno. Desde mediados de siglo XX y a lo largo del XXI, se empezaron a generar cambios de sensibilidad que han afectado directamente las estructuras culturales. Las contraculturas empezaron a sonar aproximadamente en la década de los 50 y la Constitución Política de 1991 trajo consigo el Estado social de derecho. Hoy se lucha, además, con la infinita confrontación que tiene la cultura con el entretenimiento: reflexión versus consumo. Si se genera incomodidad y crítica, se encuentra el riesgo de la falta de rentabilidad.
Revista Enredarte se resiste a morir, porque no creemos en la vida sin arte ni cultura. Por eso te contamos de algunas revistas culturales colombianas icónicas que, lastimosamente, cayeron en la guerra y de otras que siguen en pie de lucha:
Panida
(1915)
Dirigida por León de Greiff, buscó una revaluación de las tradiciones artísticas decimonónicas y fue el inicio de un posterior contacto con las vanguardias.
Moderna, enciclopedia colombiana
(1915-1916)
Desde su variedad de temas, se caracterizó por ser un medio independiente que daba cabida a diversas corrientes ideológicas.
Cromos
(1916-vigente)
Nacida como un magazín estilo europeo enfocado en temas sociales, políticos, económicos y culturales, hoy día se mantiene vigente en materia de entretenimiento y cultura.
Voces
(1917-1920)
Se trató de una revista literaria y cultural barranquillera fundada por Ramón Vinyes, cuyo eje central fue la libertad de opinión.
Crítica
(1948-1951)
Fundada por Jorge Zalamea, expresó una visión internacional y un ataque al régimen político del momento.
Prometeo
(1955-1957)
Desde una propuesta conservadora liderada por Belisario Betancur y Jorge Tovar Concha, promovió la poesía y la literatura experimental.
Mito
(1955-1962)
Fundada por Jorge Gaitán Durán y Hernando Valencia Goelkel, creó una voz progresista, heterodoxa y cosmopolita, así como espacios para la discusión y el debate.
Eco
(1960-1984)
Abordó temas literarios y culturales desde una óptica crítica e intelectual, con un periodismo cultural a la francesa.
Alternativa
(1974-1980)
Promovida por Gabriel García Márquez, Orlando Fals Borda, Enrique Santos Calderón, Antonio Caballero Holguín y Bernardo García, fue una revista con una propuesta de izquierda.
Número
(1993-2011)
Entre sus páginas la diversidad fue bandera a la par del pensamiento crítico que, de la mano de su director Guillermo González Uribe, logró develar a la Colombia del momento.
Malpensante
(1996-vigente)
Creada por Andrés Hoyos Restrepo, busca circular los bienes artísticos y culturales a través de un fomento artístico, creativo, crítico y heterodoxo.
Arcadia
(2005-2020)
Revista colombiana de periodismo narrativo que impulsó la difusión artística con temáticas musicales, literarias, cinéfilas, teatrales, etc.
