Por: Juan Pablo Pava
Muchos hemos tratado de escuchar música clásica o semejantes, y después de un largo y tedioso rato en el que intentamos sentirla, nos rendimos porque no nos conectamos con ella. Quienes no hemos sido criados con esta música, podemos caer en el ciclo de vernos distantes de todos esos instrumentos armoniosamente arreglados para transmitir tantas emociones.
Ahí nace una simple pregunta: ¿hay una manera de aproximarnos a la música clásica? Erwing Amaya, cantante lírico y estudiante de música de la Universidad Industrial de Santander, tiene una respuesta para esto: un género que mezcla el sonido pop contemporáneo con lo clásico.
Impulsado en la niñez por su abuela a cantar para la iglesia del barrio, creció de la mano de la música. En su adolescencia aprendió guitarra y una pizca de teoría musical, hasta que tomó la decisión clave de estudiar la carrera de Música, que es lo que ama. Desde entonces ha progresado, siendo todavía la voz su principal instrumento, aunque toca el piano y en ocasiones el violín.
Fue en la Universidad donde conoció el canto lírico y todos sus subgéneros, pero uno en especial le llamó la atención: el liripop. De este género hacen parte artistas muy reconocidos como Il Divo, Il Volo, Josh Groban, Andrea Bocelli, entre muchos otros —mayormente europeos—, quienes tal vez no están familiarizados con este término, pero sí con el de classical crossover, que es, en concepto, lo mismo.
En palabras de Erwing, el liripop es “música romántica con letras que tratan de amor, de desamor, y temas afines, con un aire o con un estilo clásico en la música, en la forma de componerse, […] para generar esa armonía y que no suene a una aria de ópera, sino a una canción pop, pero con ese aire lírico en el cantante”.
Para él, la mezcla que implica el liripop lo convierte en un puente entre lo contemporáneo —lo que más se escucha hoy— y lo clásico, más específicamente el canto lírico. Con esa premisa en mente, llevó a cabo un proyecto ganador de la Beca Reactivadores 2022 del IMCT (Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga), que lleva por nombre Canto lírico para todos.
El proyecto consistió en algo en apariencia muy básico, pero que tiene todo un entramado detrás: llevar el liripop a espacios públicos de la ciudad de Bucaramanga como un medio para que la gente apreciara el canto lírico. Se realizó con canciones con las que el peatón promedio pudiera conectar, por lo que el repertorio tiene nombres tan universales como Quizás quizás quizás, A mi manera (la adaptación al español del éxito de Frank Sinatra), Somos novios, Ven a mí, etc.
Como él mismo dice, no se trata de alguna pieza clásica en alemán difícil de comprender y asimilar, sino de canciones con las que nos podamos sentir más identificados y familiarizados. Pero “hace falta más apoyo para crear esos espacios para los cantantes líricos, por lo menos a los que nos gusta el género”, dice Erwing al observar el panorama a nivel local.
https://www.youtube.com/watch?v=HXA2kw9GBFM
La propuesta de Erwing es solo un pedacito de todo lo que, según él, se tiene que hacer para que la cultura llegue a más espacios y entornos, inclusive a los más aislados de la sociedad. «Siento que debería haber más [proyectos], porque músicos hay, bastantes, y la música, la cultura y estos espacios pueden llegan a inspirar a niños, a jóvenes, a adultos a decir “venga, yo quiero intentar, o quiero probar, o quiero hacer esto”».
Conocer la cultura en su variedad, en lo reciente y lo antiguo, en lo sencillo y lo complejo, permitiría distinguir discursos, procesos de elaboración y mensajes; en últimas, mejoraría la sociedad. Erwing es uno de los pocos que están tratando de hacer eso realidad en Bucaramanga, pero es un camino que ya se está pavimentando.
Erwing Amaya tiene mucho por aportar a la música, al canto lírico y a la Ciudad Bonita. Por ello, desde la Revista Enredarte los invitamos a que lo conozcan a través de sus redes sociales y se impregnen de su arte.
