Siempre se ha destacado su vinculación con más de 25 montajes de danza – teatro y por la calidad de bailarines, hoy en día formadores, que dirigió durante sus más de 30 años de lucha por mantener la danza viva en nuestra ciudad.
Esta gran mujer, mamá, esposa, amiga y maestra, le deja hoy a nuestra ciudad, no solo un legado increíble de arte y danza; le deja también su constancia y amor por mantener viva la formación de artistas y sobre todo, su dedicación por hacer de Santander una región llena de cultura, en la que la sensibilidad y el talento se apoye y no dependa del gobernante de turno.
Gracias maestra Sonia por dejarle a las nuevas generaciones un legado lleno de valor, que le permite a los artistas soñar con danzar su vida, tal y como lo hizo usted hasta el último minuto.