Para los artistas, algunos lugares tienen una energía especial, en los que se respira inspiración, que motivan e invitan a crear, innovar y avanzar. La Casa-Taller de Juan José Cobos es sin lugar a dudas uno de ellos.
Juan José Cobos es un artista santandereano. Nacido en Bucaramanga, es arquitecto y escultor con amplia experiencia y con obras exhibidas en distintos lugares del país. El pasado mes de noviembre inauguró su Galería en la ciudad de Medellín junto a Belarmino Miranda que se encuentra ubicada en el Palacio del Arte y la Moda de la capital antioqueña y que cuenta con obras magnificas que nacieron en este mágico espacio en la vía a Piedecuesta que tuve el gran placer de visitar.
Entrar al lugar en el que este artista crea sus obras fue una experiencia visual impactante. Ver una versión más pequeña de su obra “El Santísimo” es solo uno de los muchos detalles que se encuentran por este espacio fantástico en el que la naturaleza y el arte se complementan de una forma maravillosa.
Dentro de la casa hay cuadros y esculturas en cada rincón. Diferentes materiales y técnicas se pueden ver en este lugar ideal para dejar volar el espíritu creativo y pasar de la idea a la acción.
Entre las primeras cosas que vieron mis ojos, me llamó la atención un modelo a escala de La Batalla del Pienta, obra en la que Juan José Cobos como Jedimaster y Sebastián Leiva como su Padawan llevan trabajando durante más de un año y medio.
Este monumento está compuesto por 34 figuras y simboliza lo que ocurrió entre el 4 y 7 de agosto de 1819 en el municipio de Charalá, Santander, cuando la población civil se armó para apoyar la lucha libertadora de Simón Bolívar obligando al general español José María Barreiro a enviar una guarnición de 1.800 hombres desde el Socorro que terminaría masacrando a más de 300 civiles.
Este sacrificio fue decisivo para la independencia de Colombia ya que Barreiro no alcanzó a llegar al puente de Boyacá y en su camino a Bogotá fue vencido por el libertador.
Retratar este evento en un monumento es un gran reto. Cada figura tiene una posición diferente, expresiones faciales distintas y además este será el primer monumento en Colombia que incluirá a mujeres y niños juntos en una batalla.
El proceso con cada figura tanto humana como animal demanda un largo periodo de preparación y ejecución que tiene que pasar por distintas etapas. Desde los planos generales, pasando por el estudio anatómico, los materiales, el uso de modelos para cada una de las poses, la fidelidad en las proporciones, son solo algunos de los factores a tener en cuenta.
Un escultor es un artesano. Sus manos son las que le dan forma a los objetos, las que transforman algo que inicia primero en la cabeza y luego se vuelve real.
Juan José y Sebastián dedican extensas jornadas haciendo y re haciendo. La espalda duele, las manos se cansan y hay momentos de mucha frustración, pero ellos saben que la recompensa del trabajo que hacen, de ver su obra terminada, es mucho más gratificante en comparación a lo que podemos considerar como negativo.
El arte es subjetivo. No hay una fórmula mágica para escribir una canción, para pintar un cuadro, para hacer una escultura. El estudiar no te vuelve tampoco un experto, es el quehacer diario, la dedicación y la continua búsqueda de mejorar lo que realmente marca la diferencia.
Yo soy de los que creen que una obra debe hablar por si misma. Yo no tengo por qué leer un texto para darle contexto a lo que veo o escucho. El arte debe valerse por si solo y conectar a aquellos que tiene la posibilidad de estar en su presencia.
En el Taller de Juan José Cobos, que se encuentra a unos pasos de la casa, lo que se ve habla por completo de lo que significan sus obras.
Al acercarme a este inmenso espacio y ver distribuidas algunas de las figuras que harán parte de La Batalla del Pienta es algo mágico. Al ser músico lo comparo con entrar en la mente de un compositor, poder ver las distintas partes de su obra por separado y presencial en directo cómo todo va encajando en el lugar perfecto y formando parte de algo mucho más grande.
Debo admitir que me sentí intimidado. Ver enormes bloques de icopor que luego se vuelven cuerpos humanos, grandes cantidades de plastilina que ayudar a las texturas, los caballos que luego estarán hechos en bronce y pesarán más de una tonelada y media siendo ubicados en las esquinas superiores de los laterales del monumento te hacen pensar lo realmente complejo que es este trabajo y todos los detalles que hay que tener en cuenta.
Conocer cosas nuevas es algo que define muy bien mi esencia y sin duda el haber visitado esta Casa-Taller fue uno de esos momentos inolvidables que me harán ver la escultura con otros ojos, a pesar de no ser un experto en el tema.
Agradezco a Juan José Cobos y Sebastián Leiva por darme la oportunidad de ver de cerca su arte y poder compartir un poco de lo que hacen para que nuestros lectores se puedan seguir Enredando con el Arte y Cultura de nuestro departamento.
