Por: Laura Gabriela Castro González
El maestro Fernando Meneses, oriundo de La Gloria, Cesar, pero santandereano de corazón, desde muy niño fue influenciado por las largas parrandas que hacía su padre con el maestro Julio Erazo. Y recuerda que lo más hermoso de su historia musical es haberse dado cuenta alrededor de los 15 años de que Dios le había regalado el don de la composición. Afirma que para componer hay que estar realmente enamorado, pues “el amor es una cuestión que engrandece, así como envilece, es un motor que como una cuerda loca lo lleva a uno donde menos cree. Si uno tiene buenas bases, llega a un buen sendero, si no, se descarrila”.
La mayoría de sus composiciones han sido producto de hermosas historias de amor. Y cuando hablamos sobre lo más significativo de su carrera afirma que lo primero fue haberse descubierto compositor, lo cual fue una gran sorpresa. Después, el haber escuchado su primera canción grabada en la radio. Luego, haber entrado en la vida musical con Nelson Henríquez y el Binomio de Oro. Más adelante, el haber ganado numerosos festivales de la música vallenata con sus canciones, pero también incursionar en la música andina al rodearse de grandes amigos como Pedro Nel Martínez y los Hermanos Martínez, entre otros. “Pero, sobre todo, lo que me ha dado la música a mí son grandes amigos”.
Cuando eligió su carrera profesional decidió iniciar su camino en la medicina y más adelante especializarse en ginecología. Es graduado de la Universidad de Cartagena y llega a Bucaramanga hace 30 años en donde echa raíces. Actualmente está viviendo un feliz retiro junto a su esposa, con quien tuvo tres hijos, dedicado a su música y escribiendo. Pronto tendremos el placer de leer la historia de su vida, “Momentos de amor”, y sus poemas.
“Lo más importante en esta vida es ser auténticos. Porque así dejaremos una firma y tocaremos el corazón de las personas. De esta manera se ha trascendido y se ha inmortalizado. Eso es lo que debe hacer la música”.
