a. Antes del tema
Está el escritor con su carga de valores humanos y literarios, y la voluntad de hacer una obra con sentido.
b. El tema
Debe elegirse un material con SIGNIFICACIÓN, es decir, un tema excepcional (lo que no implica que sea extraordinario ni fuera de lo común). Digamos que un cuento es significativo cuando logra crear, en el propio autor y en los lectores, una serie de nociones, sentimientos e ideas. ¡Hay que romper límites!
c. Después del tema
No existen temas buenos ni malos, solo tratados de forma correcta o incorrecta. Así, para que la idea de SIGNIFICACIÓN cobre vida, debe pensarse en el tratamiento literario, en la estructura propiamente dicha del cuento. Son elementos formales que sitúan al tema estilística y verbalmente:
INTENSIDAD: hay que eliminar las ideas o situaciones intermedias. Mejor dicho, despojar al cuento del relleno y las frases de transición.
TENSIÓN: el cuento debe fascinar al lector desde el inicio hasta el fin, de tal forma que sus efectos lo mantengan sumergido en la lectura en todo momento. Para ello, debe prescindirse de los elementos o detalles meramente decorativos o gratuitos (que no aporten verdadero valor), pues hay que trabajar a profundidad el espacio literario, logrando acercar lentamente al lector a lo contado (una especie de intensidad).