Proyecto apoyado por el Programa de Concertación Nacional del Ministerio de Cultura y el Instituto Municipal de Cultura y Turismo de Bucaramanga.

 

Era siglo XX. Argentina había sido azotada por una dictadura tras otra. En 1976 se instauró de facto el autodenominado “Proceso de Reorganización Nacional”. Era 24 de marzo cuando se le dijo a la entonces presidenta María Estela Martínez de Perón, “Señora, las Fuerzas Armadas han decidido tomar el control político del país y usted queda arrestada”. Sin embargo, esto no era nuevo: Argentina venía padeciendo un siglo de dictaduras que generaban repulsa a la libertad de expresión y, por lo tanto, décadas de censura, el arte incluida.

Una forma de controlar y someter al pueblo, es evitando que el arte se produzca y distribuya. Pero no, no es todo el arte, solo aquel que puede considerarse como “subversivo” al ir contra la ideología imperante. Es de esta forma que se evita que las personas piensen, sientan y se expresen: la verdadera condena de un pueblo.

Censura, arte y el “Partenón de Libros Prohibidos” - Revista Enredarte
Decreto S 268 de 1977 en el que se prohiben algunos libros. (Foto tomada de Internet)

(…) la falta de información era un elemento clave para el éxito de la operación censura. Esta falta de certeza y ausencia de indicadores precisos, provocaba una represión confusa que llevaba a la autocensura y el terror paranoico de pensar que cualquier cosa podría ser considerada sospechosa o “subversiva.” Este miedo se vio alimentado por la confiscación de libros con ideas marxistas, la destrucción y quema de miles de libros y las continuas inspecciones a escuelas y bibliotecas públicas, lo que Sarlo identifica como “medidas ejemplares”. Pero no solo los militares actuaron como censores. La acción de publicistas, bibliotecarios, libreros, editores y del público en general, todos ellos guiados por el miedo, apoyaron el régimen opresivo. Mara Favoretto

No obstante, a veces la censura es contraproducente: hubo personas que se dieron a la tarea de pensar y sentir a través del arte, de dar un grito de lucha contra la dictatura. Pensemos, por ejemplo, en el rock, bandera de la revolución argentina.

Dentro de la lista de libros prohibidos, a través de decretos y resoluciones, se encuentran libros y escritores tan conocidos como Las venas abiertas de América Latina de Eduardo Galeano, El Principito de Antoine de Saint-Exupéry, Gracias por el fuego de Mario Benedetti, The Buenos Aires affair de Manuel Puig, La tía julia y el escribidor de Mario Vargas Llosa, Veneno en las ondas de Irving Shaw, entre muchos otros.

La industria del libro tuvo su período de oro en la Argentina durante las décadas sesenta y setenta. Por ese entonces, las librerías abundaban y adornaban las calles céntricas de Buenos Aires y de los grandes centros urbanos del país. La decadencia comenzó con la persecución de textos que contenían escritos relacionados con las ideologías peronista y marxista; se debían cuidar los valores occidentales y cristianos y ponerle freno a todo lo que “perturbe” las mentes de los ciudadanos. En este marco, la industria del libro caerá estrepitosamente y pasará de cincuenta millones de ejemplares en 1975 a diecisiete millones en 1979. Alfredo Antonio Guevara & María del Rosario Molfino

Era 10 diciembre de 1983 cuando la dictadura cayó. Las elecciones convocadas el 30 de octubre de ese mismo año por la Junta Militar fueron concisas: había triunfado la Unión Cívica Radical de la mano de Raúl Alfonsín quien, finalizando año, asumió su nuevo cargo de Presidente en la Casa Rosada.

Ese mismo mes de diciembre, Marta Minujín artista visual argentina erigió un monumento a la libertad y la democracia: el “Partenón de Libros Prohibidos”. Para quienes no lo conozcan, el Partenón —ubicado en Atenas— es uno de los símbolos más importantes de Grecia y, en específico, del poder ateniense. Atenas se conoce como “la cuna de la democracia”, al ser el origen de los sistemas democráticos que imperan hoy día en el mundo.

Así pues, Marta Minujín dio su grito de libertad después de tanta opresión. 20.000 libros se alzaron como ladrillos, resucitaron de la censura. Se trataba de una edificación que imitaba la forma del Partenón griego, pero construida con libros que habían sido prohibidos durante la dictadura argentina. Una obra simbólica, llena de color, que apelaba a la diversidad y libertad de expresión. Así es Marta Minujín. Sin embargo, no se queda allí. La artista argentina es una de las grandes exponentes del happening, un tipo de manifestación artística que propicia la participación del público. Era Navidad y el pueblo argentino recibió doble regalo: su libertad y un libro. Minujín, en definitiva, sabe generar arte colectivo. Al final, el pueblo argentino reivindó sus derechos en un acto simbólico: podían llevarse los libros del “Partenón de Libros Prohibidos” y hacerlos suyos, leerlos, pensarlos, sentirlos.

Censura, arte y el “Partenón de Libros Prohibidos” - Revista Enredarte
"Partenón de Libros Prohibidos" (2015). (Foto tomada de Internet)

Era septiembre de 2017 cuando Minujín fue llamada a repetir esta obra en Alemania. Cerca de 70.000 libros se juntaban en la ciudad de Kassel para generar una pieza artística de escala monumental. Libros donados por las personas y las editoriales, llenos de color y vida, conformaban las paredes de este nuevo “Partenón de Libros Prohibidos”. El mundo se encontraba en una época de crisis migratorias y nacionalismos exacerbados: era el momento de apelar nuevamente a la libertad y diversidad de pensamiento. Libros de muchas épocas y diferentes partes del mundo, fueron ahora los ladrillos de una obra ubicada en un sitio históricamente estratégico: la plaza Friedrichsplatz, en la que en 1933 el régimen nazi hizo una gran quema de libros en el marco de la “Acción contra el espíritu antialemán”.

El “Partenón de los Libros Prohibidos” fue el espacio idóneo para que la gente se expresara y, al final, se llevara un tomo a casa, pues los libros y el arte son apertura de mente e imaginación.

Bibliografía:

  • Guevara, A. & Molfino, M. (2005). La censura y la destrucción de libros en el último gobierno de facto (1976-1983). IV Jornadas de Sociología de la UNLP. https://www.memoria.fahce.unlp.edu.ar/trab_eventos/ev.6579/ev.6579.pdf

  • Favoretto, M. (2014). La dictadura argentina y el rock: enemigos íntimos. Resonancias 18(34): 69-87). https://resonancias.uc.cl/n-34/la-dictadura-argentina-y-el-rock-enemigos-intimos-es/